Los buenos solo ganan en las películas.

Hay cosas que nunca entenderé.

Cosas que nunca olvidaré.

Y cosas que jamás recordaré.

Los intentos que me quedaban para que sonrieras los gasté en una apuesta que he perdido.
Los segundos que pensaste en como escapar se te han caído sin darte cuenta.
Has pisado algunos. Has tropezado con otros.

Las veces que te busqué son más o menos la mitad de las que te escondiste.
Buscando algo mejor; o eso creías.
Y ahora estás mirándome desde lejos, tragando saliva.
Como si necesitaras mi palmadita en la espalda; como si de repente tuvieras varios nudos en el estómago que no puedes deshacer. Como si después de todo me echaras de menos.

Y todo realmente no fue nada.
Tu estabas ahí.
Yo aquí.
Y en medio silencio.
A los lados dudas.
Delante miedo.
Detrás nadie.

Y los pies no obedecían.
Ni un movimiento.
Ni un paso.
Ni un milímetro.

Yo me cansé: te dejé con tus dudas y tus aires de superioridad.
(Culpables de que volaras)

Y creíste tener lo que no tenías.
Y al buscar en el abrigo ya no encontraste nada. Solo frío.