Option.

Realmente ni yo sé porque terminé con ella, ¿sabes?

Yo siempre he sido un tipo algo raro.
 Apareció un día mientras yo reflexionaba; acostumbro a pensar sentado al borde de algún precipicio. Me gusta que me cuelguen los pies. –Es el único momento en que no estoy con los pies en el suelo.-
 Desde aquel día, todos los demás, se acercaba creyendo que me iba a sorprender. A asustar.

Lo que ella desconocía –y desconoce- es que antes de que diera un paso en la dirección en la que yo me encontraba, ya sabía que estaba allí.

Nunca sentí nada por ella. Indiferencia. Tal vez.

Un día se me acercó pidiéndome suerte. Tenía un examen. Le dije que yo en tiempos de exámenes no confiaba en la suerte. Solo confiaba en mi cabeza. Me dio un beso en la cabeza y se fue.

La vi alejarse pensando en lo muy estúpida que había sido. Estúpida por creer que aquel contacto podía darle suerte. Quién sabe.

Me hacía preguntas que no quería contestar, y me hablaba de mundos que yo bien sabía que no existían. –ni lo harían nunca-

Soñaba cosas imposibles y bailaba tarareando la música.

Pensándolo bien ella también era algo rara.
 Y sin saber muy bien como, un día rocé sus labios. O ella los míos.

Sí, esto segundo es más probable. Y hasta hoy.

Ya te digo que no siento gran cosa por ella. Pero necesito darle lo que guardé para alguien que nunca llegó. Esa es la verdad, amigo.

Igual tiene algo que ver el hecho de que la primera vez que la vi no tenía los pies en la tierra…

Igual…