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Cuando me faltas tengo una sensación rara.
No quiero pensar que te necesito. No quiero. Ni debo.
Ese es un lujo que no puedo permitirme.

Porque soy una persona a la que han pateado, pero que debe ser pateada muchísimo más.
Y lo sé.
Porque es ley de vida.
Y lo asumo.

Hay días que se me atraviesan. Días que odio tener la capacidad de pensar.
Que siento que lo más fácil es acostarme y esperar a que el despertador me avise de que ya es otro día.

Pero eso sería lo fácil.
Prefiero quedarme quieta, pensando, escribiendo.. siendo consciente de todo.
Porque es una tontería esconderse...

No tenía la intención de tirarme a la piscina.. pero me salpicó el agua, y no pude evitarlo.
La tentación fue mayor que mi juicio.